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lunes, 25 de marzo de 2013

Asesinato…y ensalada



        En “Asesinato” (Murder!, 1930) Hitchcock, con 30 años, ya tenía una carrera consolidada en Inglaterra. Este es su 11º película y uno de los raros “whodunits” que rodó.  “Whodunits”, contracción de la pregunta “Who has done it?” (Quien lo ha hecho?), es un drama, un policial con un enigma: Quien mató? Hitchcock siempre evitó ese tipo de películas, ya que, según decía, en general el interés se concentra exclusivamente en la parte final.




        La película cuenta la historia del actor teatral Sir John Menier, quien es llamado para integrar un jurado en un caso de asesinato. La acusada también es actriz, Diana, a quien se le atribuye haber dado muerte a un compañero golpeándolo con un atizador de chimenea. Termina siendo condenada a la horca.




        Pero Menier no se convence de su culpa y se lanza a probar la inocencia de la joven. Para ello cuenta con la ayuda de una pareja de actores, los Markham.




       Los tres recorren los sitios por donde pasó Diana, donde vivió y trabajó. Para poder reconstruir el crimen en su mente, John Menier resuelve pasar una noche en la pensión donde ocurrió: un lugar sencillo atendido por una mujer llena de hijos.




       Sir Menier, un renombrado actor de teatro, acepta la condición de dormir en una pensión en la búsqueda de pistas, pero no deja de imaginar como sería pasar la noche en un local más ajustado a su condición: el Red Lion Hotel. En ese instante el director nos muestra el fruto de la imaginación de John y como sería una deseada cena: pollo asado, ensalada y vino.

     Finalmente, su investigación no resulta en vano y descubre al verdadero asesino: el novio de la acusada. 

       Hitchcock, en éste su tercer film hablado, experimenta con el sonido: se puede “oír” los pensamientos de uno de los personajes. Pero aún así, continua siendo eminentemente visual. 






       Prueba de ello son los planos y contra-planos entre Diana y John en la prisión, y la utilización de una grúa para el plano general de la celda y del picadero del circo donde el crimen resulta esclarecido.




      Otro momento brillante es el pasaje del tiempo mostrado a través de la sombra del cadalso de Diana, que se hace cada vez más grande a medida que se aproxima la fecha de su ejecución.



       En “Asesinato!” tenemos la presencia de algunos temas hitchcocknianos: la falsa acusación, la discusión sobre crímenes en la mesa al momento de cenar y la utilización de un objeto de uso doméstico como arma. Con respecto a esto último, Hitchcock justificaba: “Algunos de nuestros crímenes más extraños son domésticos, ejecutados con ternura en lugares simples y caseros como la mesa de la cocina”.



Ensalada de batata con queso y mostaza

Sweet potato, feta and wholegrain mustard salad





Ingredientes

500g de batata cortada en fetas
1 atado de espinacas
1 cebolla colorada cortada en fetas
200g de queso feta (queso griego hecho de leche de cabra y oveja)
3 cucharas (sopa) de vinagre balsámico
2 cucharas (sopa) de miel
1 cuchara (sopa) de mostaza en granos
aceite de oliva a gusto

Preparación

Cocine la batata en agua y sal. Cuanto esté cocida y firme, escurra y agregue un poco de aceite. Caliente bien la sartén para freír las fetas de batata por algunos minutos de cada lado.
Mientras tanto, prepare la salsa: mezcle el vinagre balsámico, la miel, la mostaza y el aceite.
Arme la ensalada: coloque la espinaca, la cebolla y la batata. Desparrame el queso feta y riegue todo con la salsa.










  













miércoles, 20 de marzo de 2013

Juno, pavo y chorizo

  


        Entramos en la década del 30. El sonido ya forma parte del cine. Pese a la afirmación de Hitchcock de que “el diálogo debiera ser apenas un sonido entre otros, apenas algo que sale de las bocas cuyos ojos cuentan la historia en términos visuales” como vimos en el post anterior, en “Juno and the Paycock” (sin título en español) él hace precisamente lo contrario y termina dirigiendo su película más “hablada”. El guión fue adaptado de una obra teatral de Sean O”Casey.




        El film cuenta la historia de los Boyle durante la Guerra Civil Irlandesa. Ellos viven en Dublin en una especie de conventillo. La familia está compuesta por el Capitán Boyle, su esposa Juno y sus dos hijos, Mary y Johnny. El capitán es llamado de Paycock (por pavo)  por su propia esposa, ya que no trabaja y pasa el día en la casa recibiendo amigos para comer y tomar a escondidas.







        En uno de esos encuentros Paycock prepara su tradicional desayuno irlandés con lo que encuentra en casa: únicamente pan y un único chorizo. En vez de compartirlo, toma el chorizo para él y le da al amigo la grasa que quedó en la sartén.


       Mary, su hija, trabaja en una fábrica que por falta de medidas de seguridad, tras un accidente, se encuentra en huelga. Jonhy, en cambio, perdió el brazo luchando en la Primer Guerra Mundial.








        La inesperada noticia de una herencia cambia la rutina de la familia Boyle: Paycock gasta a cuenta, comprando muebles y ropas y Mary se pone de novia con Charles Bentham, el abogado que está tramitando la sucesión. Pero por un error de Bentham el dinero nunca llega, y lo que parecía la salvación pasa a ser la ruina. Los acreedores persiguen a Paycock, Mary termina embarazada del abogado que ahora la rechaza, y Johny es secuestrado por el IRA (Ejército Republicano Irlandés) y su cuerpo aparece son signos de haber sido fusilado.  



         Juno lamenta la muerte de su hijo y el destino de la 
familia en el departamento vacío.

        Según Hitchcock, aun encontrando excelente la obra de O'Casey, no encontraba el modo de contarla de forma cinematográfica, resultando en una película llena de diálogos y un poco difícil de mirarla, con gran carencia de recursos y calidad.

        Ese escrúpulo con la obra del escritor explica talvez porque nunca quiso adaptar para el cine grandes obras literarias, prefiriendo una literatura recreativa y romances populares, que le otorgaban mayor libertad. El entendía que una “ópera prima” es, por definición, algo que halló su forma perfecta y definida, por lo que en otro formato, otro lenguaje, dejaba de serla.


The traditional irish and english breakfast *




Ingredientes

chorizo de cerdo
hongos frescos en fetas
huevos
tomates maduros y duros
fetas de tocino
manteca
sal
pimienta
tostadas

Preparación

Freír el chorizo y el tocino en una sartén de teflón. Retirar y reservar. En la misma sartén, aprovechando la grasa saltar los tomates cortados con las fetas de hongos frescos. Salpimentar y reservar. Colocar la manteca y freír el huevo con sal. Servir todo con tostadas y té negro.

* Adaptado a nuestro gusto









lunes, 11 de marzo de 2013

Crimen, culpa, chantaje y confesión



Chantaje o La muchacha de Londres

El año 1929 marca el fin de la fase muda de Alfred Hitchcock.
“Chantaje”, o “La muchacha de Londres” (Backmail en su versión en inglés) representa la transición entre el cine mudo y el hablado. No solo es su primer película sonora, sino también la primera inglesa en utilizar ese recurso.
          
          Lo curioso es que, como había una resistencia por parte de los productores en cuanto a la sonorización del film, Hitchcock utilizó la técnica parlante pero sin el sonido, así que cuando al fin decidieron solo hizo falta algunos ajustes técnicos, como por ejemplo, el doblaje de la actriz principal quien poseía un marcado acento alemán. Así la película fue lanzada en sus dos versiones.
    
          Tiene el mérito, además, de ser el regreso casi definitivo del director al suspenso. Está cubierto de temas hitchcoknianos: rubia protagonista, chantaje, secreto, enfrentamiento, locación icónica, discusión sobre crímenes en la cena, utilización del elemento doméstico como arma, hombre o mujer en fuga, novio policía.



        La película cuenta la historia de la joven Alice White y su novio Frank Webber, un detective de la Scotland Yard. Luego de una pelea ella decide aceptar la invitación de un pintor para conocer su estudio.




El joven artista, quien en un primer momento parece simpático, luego intenta abusar de Alice.       





        Ella, para defenderse, lo termina matando con un cuchillo de cocina que estaba a su alcance, sobre una mesa junto al pan. Pese a que ella trata de ocultar todos los indicios de su presencia allí, olvida un guante.

        La policía es convocada y Frank es el encargado de investigar el caso. Cuando llega al lugar del crimen encuentra el guante perdido de su novia.





        Frank intenta cubrirla pero alguien que la había visto ingresar al estudio del pintor comienza a chantajearla y seguirla. La persecución se lleva a cabo en el Museo Británico. 





        Tan grande es la culpa de Alice que pasa a ver la imagen del cuchillo en todos lados y a oír esa palabra en boca de otras personas. Por ejemplo, cuando durante el desayuno su padre le pide que le pase el cuchillo del pan, entra en pánico. Se trata del arma y del alimento juntos, y Hitchcock, como buen católico, refuerza la culpa, el pecado de Alice utilizando el pan, alimento de la representación del cuerpo sagrado.

       Pese a la importante utilización del sonido en la película, Hitchcock continuará a ser enormemente visual a lo largo de su obra cinematográfica. Según decía “el diálogo debiera ser apenas un sonido entre otros, apenas algo que sale de las bocas cuyos ojos cuentan la historia en términos visuales”.



Pan blanco – Traditional white bread



Ingredientes



7 tazas de te de harina de trigo
1 sobre de levadura seca
4 cucharas de sopa de azúcar
1/2 taza de aceite
1 cuchara de postre de sal
400ml de água tibia


Preparación
En un bol grande disolver la levadura y el azúcar en agua caliente. Añadir la mitad de la harina. Añadir los líquidos: agua y aceite y por último la sal. Mezclar todo bien y batir la masa, añadiendo la harina poco a poco. Amasar bien hasta que la masa esté suave y se despegue de las manos (8-10 minutos). Regrese la masa a un recipiente untado, cubra y deje reposar durante 25 minutos. Divida la masa en dos, luego la abre con un rodillo y modele los panes. Coloque en un molde engrasado. Deje elevar hasta que doble su tamaño, (coloque los moldes en un lugar donde no haya corrientes de aire y estén cubiertos) unos 40 minutos. Hornear en horno precalentado a 200 º C hasta que los panes se doren.