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martes, 27 de agosto de 2013

Un barco, nueve destinos y el hambre



        Ocho a la deriva (Lifeboat, 1944), diferente de los demás trabajos de Hitchcock, es una película de guerra, realizada a partir de una novela escrita por John Steinbeck.

        Marca el inicio de lo que sería una seria de experimentos que el director haría en su cinematografía. Se trata de su primer “limited-setting”, esto es, la utilización de un único escenario, en extremo innovador para la época.







        Cuenta la historia de un barco inglés bombardeado por un submarino alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Ocho civiles, ingleses y americanos, logran salvar su vida dentro de un bote.





        El capitán de la embarcación nazi, Willi (Walter Slezak), que también se hundió, es llevado a bordo, aunque niega ser un oficial enemigo. De entrada se conforma la trama que alimentará todo el film.





        Hitchcock hace del bote un microcosmos, donde los habitantes intentan organizarse para convivir y sobrevivir. Hasta llegan a cuestionar la permanencia del capitán alemán en el barco. Pasan del optimismo a la desesperación, frustración, decepción, deshidratación y hambre.
            
          Y justamente es aquí donde ingresa el alimento en la película: a través de su falta.




         En la primera escena Hitchcock nos muestra, junto a los destrozos del navío, una caja de manzanas flotando en el mar, dando una clara señal que la comida se perdió. En medio de la desesperación por el hambre, los habitantes del bote comienzan a recordar sus restaurantes y platos favoritos. Describen menúes enteros. Una vez más, el director utiliza la comida como un alivio cómico cuando uno de los personajes recuerda “frutos del mar cocinados al vapor”. Y como no podía ser de otra forma, se trata de humor negro.






        Pese a que no se trata de un suspenso, Ocho ala deriva es un auténtico Hitchcock en lo que respecta a la técnica: excelente uso de la cámara, la filmación de un enorme tanque de agua mezclado con un fondo falso, principalmente en la escena del temporal y la luz bellísima que marca el pasaje del tiempo.
            
      Pese a ser criticado por tratarse de un film propagandístico, recibió tres nominaciones para el Oscar: mejor director, mejor guión original y mejor fotografía en blanco y negro.
                                                                                                                             
                                               
Frutos del mar al vapor con manteca y tomillo





Ingredientes                                                                                                                           

200g de camarones limpios
200g de anillos de calamar
200g de mejillones
50g de manteca
tomillo fresco
água
100ml de vino blanco
ajo
sal
una hoja de laurel
pimienta


Preparación

En una olla vaporera colocar el agua aromatizándola con el vino blanco, ajo y laurel.
Coloque los frutos del mar en la canasta de cocción, tape la olla y deje cocinar al vapor por unos 10 minutos, cuidando de no pasar del punto justo.
Mientras tanto, en otra olla derrita la manteca y agregue el tomillo fresco.
Luego de la cocción, sirva los frutos del mar regados por la manteca.