Festín
diabólico (Rope, 1948) fue considerada un
desafío en la carrera de Hitchcock por varios motivos: por ser la primera
realización de su productora, Transatlantic Films, por ser la primera en
colores, y por contar una historia con un único plano secuencia, o sea, sin que
la cámara parase de grabar durante todo el film.
El objetivo del plano secuencia no
era solamente una cuestión técnica, pero si de tiempo real. El director quería
dar una sensación de realidad: la duración total es de 1 hora y 45 minutos,
exactamente el tiempo en que transcurre la trama.
La película comienza con un
ahorcamiento en primer plano. Cuenta la historia de dos jóvenes, Brandon Shaw
(John Dall) y Phillip Morgan (Farley Granger) que asesinan a un compañero,
David Kentley (Dick Hogan), en su departamento, como un ejercicio intelectual,
dado que quiere probar su superioridad a través del crimen perfecto.
Según Brandon y Philip, la idea del
asesinato y la superioridad intelectual se inspiró en una charla sobre
filosofía con un antiguo profesor, Rupert Cadell.
Los
muchachos ocultan el cuerpo dentro de un baúl, en el living, que está preparado
para recibir algunos invitados para la cena de esa noche.
Antes de que los
invitados lleguen, Brandon resuelve, para ser más sarcástico, servir la cena
sobre el baúl. El hecho de que el banquete sea servido de ese modo hace que
simbólicamente sea ese cuerpo el objeto de consumo. Esto podría comprobar la
polémica de la época acerca de que los dos amigos asesinos, Philip y Brandon,
eran homosexuales.
Según
el propio Hitchcock, a él le gustaba la idea de la fiesta, de festejar un homicidio
con la comida sobre el cajón: “Una idea fantástica!” Y podría ser, ya que el
director era católico, una referencia al altar que simboliza, en el
cristianismo, el sacrificio, la muerte y resurrección. Un altar que recuerda la
última cena.
Entre los invitados a la cena se encuentran los parientes de
la víctima: la novia, el padre y una tía. Y con ellos el recordado profesor, Ruppert.
Todos aguardan su llegada y cuestionan el retraso.
La
cena es servida. El nombre de David es mencionado en todo momento, lo que
aumenta el suspenso. Philip se pone cada vez más nervioso y Brandon parece divertirse
con la situación.
Llega el momento del postre:
helado. La impresión que queda es que se trata de algo providencial para
enfriar los ánimos, principalmente de Philip.
Termina
la cena, y como David no llega, todos se retiran. Después de un rato Ruppert
regresa ya que se había llevado el sombrero equivocado, en el que figuraban las
iniciales DK. Desconfiado, pasa a interrogar a los muchachos hasta descubrir el
cuerpo.
La
idea de contar esta historia en un único plano secuencia, sin cortes, fue
pionera y experimental. El escenario fue armado de modo de que ellos se movían
para que la cámara pudiera pasar. Llevó mucho más tiempo de ensayo que de
filmación. Por razones tecnológicas, en la época, era imposible filmar todo de
una sola vez, ya que un rollo de negativo representaba 10 minutos de película.
En total fueron utilizados 9 rollos, totalizando 8 cortes imperceptibles:
siempre cambiaba los rollos cuando pasaba alguien frente a la cámara o cuando
enfocaba las espaldas de algún personaje, que hacía la pantalla oscurecer.
Otro
punto importante de la narrativa es el anochecer registrado a través del gran
ventanal del departamento: comienza con un amarillo atardecer hasta el oscuro
total de la noche.
La
única crítica que se le hizo con cierta justicia, se refiere al nudo
argumental, ya que desde un comienzo el público conoce el contenido del baúl.
Festín
diabólico une, de manera brillante,
formato, contenido, suspenso e innovación tecnológica.
Helado
con ganaché de chocolate
Ingredientes
Helado
de su preferencia en cantidad suficiente
250ml
de crema de leche fresca
250g
de chocolate en barra semi-amargo
cerezas
frescas
Preparación
Retire
el helado del freezer para que se ablande un poco. Forre con film plástico moldes
individuales pincelados con agua en los laterales. Coloque el helado, cubra con
el film plástico y lleve nuevamente al freezer para endurecer.
Para
el guanaché, ponga a hervir la crema de leche, y cuando rompa el hervor apague
el fuego. Coloque el chocolate picado, tape la olla y deje reposar por unos 5
minutos.
Abra
la olla y mezcle el caldo hasta que quede homogéneo y brillante.
Retire
el helado del freezer, desmolde y sirva con el ganaché adornado con cerezas.