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martes, 19 de febrero de 2013

Un estanciero, las mujeres y la gelatina



        “La mujer del granjero” (The Farmer’s Wife) filmada en 1928, resultó una película distinta de todo lo que Hitchcock hizo antes y después. Es una comedia.



Cuenta la historia de un granjero, Samuel Sweetland, quien, luego de la muerte de su esposa y el casamiento de su única hija, se siente muy solo. Con la ayuda de Minta, su empleada, hace una lista de las mujeres disponibles en los alrededores y posibles candidatas a cubrir el puesto dejado vacante por la señora Sweetland.



La primera de la lista es la también viuda Louisa Windeatt, pero él es muy independiente y ella lo rechaza.



La  segunda resulta ser Thirza Tapper, una solterona que, al saber de la disponibilidad del Sr. Sweetland, lo invita a tomar el té. El granjero llega antes que todos los demás invitados para proponerle matrimonio. Thirza está, junto a sus empleados, cuidando de los preparativos. En el momento en que lleva la gelatina a la mesa (que suponemos hecha con vino oporto, muy común en esa época), él se le declara. Ella queda presa de una crisis nerviosa. No podría ser otro el plato para ilustrar esa reacción: mientras ella tiembla la gelatina también lo hace. Él trata de tranquilizarla. Justo en ese momento entra en escena una empleada llorando ya que no sabía que el helado fuera de la heladera se derretía. Samuel, dándose cuenta de la fragilidad de las mujeres, desiste de la candidata.



Aún en la fiesta, y ansioso por encontrar una esposa, el señor Sweetland arremete a la tercera de la lista: María Hearn, aparentemente “más fuerte”. Ella tiene un ataque de risa y lo rechaza por hallarlo muy viejo.




Sin lograr nada hasta ese momento, Samuel intenta, sin éxito, con la última de la lista, la camarera Mercy Basset.




De regreso a casa, Samuel Sweetland se siente frente al hogar y mira hacia la silla vacía a su lado. Comienza a recordar a todas las candidatas. Hitchcock nos muestra las imágenes superpuestas como espejismos. Por fin MInta, la fiel empleada, quien siempre estuvo enamorada de su patrón, se sienta en el lugar de la fallecida esposa y Samuel tiene entonces la certeza de que ella será su futura mujer. Y como dice el cartel en la película: “A lonely man searches for the “right” woman but finds true love instead!” (Un hombre busca la mujer correcta pero en vez de ello encuentra el verdadero amor)



La mujer del granjero se basó en una pieza teatral muchas veces puesta en Europa, pero Hitchcock fue muy osado al hacer uso de un “diálogo” atrevido en los carteles. Al final de cuentas estamos hablando de un hombre en la búsqueda de una mujer que, además, tiene un nombre que suena chistoso.



Hitchcock nos hace reír, también, durante el momento del té. Abusa de escenas payasescas (slapstick en inglés), al mostrar a los convidados hartándose con la comida de la fiesta. Es como si, ante una mesa de golosinas todos se pasan a comportarse de modo infantil.
Este tipo de comedia raramente se volverá a ver a lo largo de la obra de Alfred Hitchcock. Veremos, eso sí, al mejor estilo inglés, mucho humor y sarcasmo que, durante la tensión del suspenso, funcionan como un alivio cómico, como aquello que nos hace reírnos a hurtadillas.


Gelatina de vino oporto -  Porto Wine Jelly




Ingredientes

2 tazas (té) de vino oporto
1 taza (té) de azúcar, o a gusto
1 trozo de canela
2 clavos de olor
1 pizca de nuez moscada
1 pedazo de cáscara de limón
1 pedazo de cáscara de naranja
2 sobres de gelatina em polvo sin sabor e incolora
¼ taza (té) de agua fria
½ taza (té) de água hirviendo

Preparación

Coloque en una olla 1 y media tazas de vino (reserve media taza), el  azúcar, la canela, clavos de olor, nuez moscada, y las cáscaras de limón  y naranja. Lleve al fuego revolviendo hasta que el azúcar se disuelva. Deje hervir por 5 minutos. Retire del fuego y deje la olla tapada por 30 minutos. Pase todo por un colador.
Coloque la gelatina en un recipiente, agregue el agua fría dejando que se hidrate por un minuto. Agregue el agua hirviendo revolviendo bien para disolver. Adicione el vino que fue aromatizado y el vino reservado. Moje con agua un molde mediano, vuelque en él la gelatina y llévelo a la heladera por unas dos horas o hasta que esté firme.
























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