Seguidores

martes, 22 de enero de 2013

El inquilino - El primer suspenso y un amor de galletita



     El segundo film de Alfred Hitchcock, The mountain eagle, de 1926, se ha perdido, contándose hoy solamente con algunas escenas.

        El inquilino (The Lodger) fue su tercera película. En algunos lugares se tradujo como “El inquilino siniestro”, o “El enemigo de las rubias”. También realizada en 1926, puede ser considerada un esbozo de lo que se tornaría la marca del maestro. Además de ser la primera de importancia, fue también el primer suspenso, y presenta un tema que sería común de casi toda su filmografía: un hombre acusado de un crimen que no ha cometido. Es considerada la primer “Hitchcock picture” de verdad.






        La película, que llevaba como subtítulo “A story of the London fog”, estaba basada en un libro del mismo nombre que, por su parte, estaba inspirado en el clásico de Jack, el destripador.

         Cuenta la historia de un asesino serial, en Londres, cuyas víctimas son mujeres rubias. En medio de los asesinatos, llega al hotel del matrimonio Bounting un nuevo huésped, Jonathan Drew. Inquilino solitario y extraño, tiene el hábito de salir en las noches de niebla y guarda consigo un retrato de una muchacha rubia. Daisy, la hija de los Bounting, modelo y además rubia, quien se encuentra de novia con el detective Joe Chandler, siéntese atraída por Jonathan. 





        Chandler llega al hotel en uma rutinaria visita familiar en momentos en que la señora Bounting está en la cocina amasando. Cuando se encuentra a solas con Daisy aprovecha para hacerle una propuesta de matrimonio utilizando un molde de galletas en forma de corazón: corta un corazón, se lo muestra, y luego corta otro colocándolo superpuesto al primero, formando así una imagen gráfica de la unión. Daisy separa los corazones y le devuelve uno a Chandler que, decepcionado, lo parte. Frente a eso, y molesto con la presencia del inquilino, el detective lo detiene acusándolo de ser el asesino serial.

     Hitch utiliza aquí el alimento no solo para representar gráficamente el amor y su fragilidad, pero también para mostrar que Joe Chandler es familiar a los Bounting (frecuenta su casa, su cocina) creando así un contrapunto con el que realmente es el extraño: el inquilino. 





        Es la primera vez, también, que Hitchcock presenta sus ideas de un modo puramente visual. Y ello desde el mismo inicio: la primera escena es un close de una mujer gritando, que aunque silencioso (el cine aún era mudo), hace con que parezca que estamos oyendo el sonido. En los momentos siguientes utiliza imágenes gráficas como la cartelera de un espectáculo de revista, personas afligidas, un billete con mensaje del asesino, policías, periodistas al teléfono, la noticia siendo redactada en una máquina de escribir y su tránsito hasta llegar al periódico impreso. El actor principal de la trama recién aparece a los quince minutos del film. Este recurso de la menor utilización de diálogos posible, o en caso del cine mudo, de carteles, acompañará a Hitchcock durante toda su obra y se transformará también en su marca personal: la economía narrativa.


Galletitas de gengibre  - English Gingerbread




Ingredientes

350 g de harina de trigo
1 cuchara (té) de bicarbonato
2 cucharas (té) gengibre en polvo
100 g de manteca en cubos
175 g  de azúcar blanca o negra
4 cucharas (sopa) de miel
1 huevo batido

Preparación

Mezcle todos los ingredientes hasta formar una masa homogénea. Abra la masa, corte con moldes variados, coloque en una asadera previamente enmantecada y enharinada y lleve al horno (190°) por, aproximadamente, 15 minutos o hasta dorar. Deje enfriar un poco, transfiera cuidadosamente para una rejilla y deje enfriar por completo.






No hay comentarios:

Publicar un comentario